miércoles, 27 de marzo de 2013

Pequeña poesía pública #19.02.2011 B

 

 

 

HAY UN CIRCUITO de visiones polares en un gran complejo privado de la metrópolis. Los burgueses creen haber visto accesos a tierras heladas en el hueco de algún ascensor, en cavernas repentinamente abiertas en la pared o en el fondo de las piscinas climatizadas. Algunos niños han sufrido síntomas de hipotermia al intentar explorar la alucinación colectiva.

Más tarde, personas ajenas a la instalación han corroborado que no hay nada anormal detrás de esas paredes –sólo una pretenciosa arquitectura futurista con la que los visitantes alucinan y los paisanos se sienten insultados. Tampoco hay hielo en las venas de los niños.

La telepatía no existe. ¿Acaso los miembros de la burguesía comparten su vida privada con tal ímpetu que hasta las alucinaciones se vuelven objeto de participación colectiva? ¿Acaso la vida privada se ha potenciado de tal forma que ya no es posible controlar lo que se comparte?

 

 

 

 

 

El presente texto forma parte de un conjunto de borradores inéditos escritos originalmente entre Febrero y Abril de 2011, agrupados bajo la etiqueta «Pequeña poesía pública».

 

 

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